El sector de la aviación representa cerca del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Dado que no puede electrificarse fácilmente, la única alternativa viable a corto y medio plazo son los combustibles sostenibles para la aviación (SAF). Entre las distintas tecnologías para producir SAF, una de las más prometedoras es la ruta Alcohol-to-Jet (ATJ), que permite transformar bioalcoholes —como el etanol o el butanol— en queroseno renovable.
¿Qué es el proceso ATJ?
El proceso ATJ consiste en convertir alcoholes producidos a partir de biomasa en hidrocarburos líquidos compatibles con los motores de aviación. Estos hidrocarburos cumplen con la especificación ASTM D7566, lo que permite mezclarlos con queroseno fósil hasta en un 50% sin modificar los motores ni la infraestructura existente.
Etapas del proceso
- Producción del alcohol
- El etanol o butanol puede obtenerse a partir de residuos agrícolas, biomasa lignocelulósica, melazas o incluso gases reciclados mediante fermentación.
- Deshidratación
- Se elimina el grupo -OH del alcohol para convertirlo en una olefina (como etileno o butileno).
- Oligomerización
- Las pequeñas olefinas se combinan para formar cadenas más largas de hidrocarburos.
- Hidrogenación
- Se saturan las moléculas para estabilizarlas y convertirlas en alcanos, muy similares al queroseno de aviación convencional.
- Refinado y corte
- El combustible se fracciona para obtener solo las moléculas dentro del rango adecuado de ebullición (aprox. C8-C16), que garantizan buen rendimiento y seguridad en vuelo.
Ventajas del ATJ frente a otros procesos SAF
Flexibilidad en materia prima
Puede partir de distintos tipos de residuos o cultivos no alimentarios.
Compatibilidad total con aeronaves existentes
Los combustibles ATJ cumplen con las certificaciones internacionales.
Menor impacto ambiental
La reducción de emisiones de CO₂ puede superar el 70%, dependiendo del origen del etanol.
Producción descentralizada
Permite instalar plantas cercanas a zonas agrícolas o industriales con excedente de biomasa.
Límites y desafíos actuales
- Coste elevado: todavía es más caro que el queroseno fósil.
- Rendimiento energético: parte de la energía se pierde en la conversión.
- Escalabilidad: aunque ya hay plantas piloto y demostrativas, el salto a escala comercial aún es limitado.
¿Dónde se está usando?
Empresas como LanzaJet o Gevo en EE. UU. ya han desarrollado instalaciones que transforman etanol en combustible para aviación con éxito. Estas iniciativas están siendo impulsadas por políticas como el Fit for 55 en Europa o el SAF Grand Challenge en EE. UU., que obligarán a incorporar SAF en porcentajes crecientes en el mix de aviación (2% en 2025, hasta 70% en 2050 en la UE).
¿Y qué papel puede jugar Fuelnature?
Aunque actualmente en Fuelnature nos especializamos en la recogida de aceite vegetal usado para su transformación en biocombustible, el futuro de los combustibles renovables nos lleva hacia rutas complementarias como el ATJ. Integrar procesos que transformen biomasa en etanol para producir SAF representa una oportunidad para evolucionar hacia biocombustibles avanzados de tercera y cuarta generación.
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Preguntas frecuentes sobre Alcohol-to-Jet (ATJ)
¿Qué es la tecnología Alcohol-to-Jet (ATJ)?
Es un proceso que convierte bioalcoholes como etanol o butanol en queroseno renovable para aviación, cumpliendo la norma ASTM D7566.
¿Cuáles son las materias primas para el ATJ?
Se utiliza etanol obtenido de residuos agrícolas, biomasa lignocelulósica, melazas o gases reciclados mediante fermentación.



